PALETOS CON CUBATAS

Dicen que un español con un cubata lo sabe todo. ¡Todo! Como digo siempre, la estulticia no es patrimonio exclusivo de los españoles. Paletos hay en todas partes. Sin embargo, opino que a partir del cambio de milenio nuestra sociedad se está “idiotizando” a marchas forzadas, puede que impulsada por la feroz globalización que nos emponzoña con el modelo del americano medio estilo Homer Simpson. Otra razón podría ser la excesiva acomodación de una juventud alienada por el exagerado volumen de necesidades materiales que le imprime el capitalismo, y que la mantienen peligrosamente anestesiada.

Lo cierto es que la pasividad y la ignorancia se han apoderado de una sociedad que pese a ser la más desigual de la historia, continua encerrada en las ideas de la clase dominante. Esta forma de entender el mundo, basada en el autoengaño, en un espíritu egoísta y desconfiado, en la inacción, en la crítica destructiva a quien intenta movilizarse, es la que nos ha de llevar irremediablemente a la destrucción.

Me parece una lástima, como profesor de filosofía (una asignatura arrinconada intencionadamente por las nuevas leyes educativas), que las personas dediquen tanto esfuerzo a propósitos narcisistas y tan poco a contribuir a mejorar el mundo, que al fin y al cabo es el hogar de todos.

Después de años de estudio he llegado a la conclusión de que la mejor lectura del capitalismo, y el foco del que emanan las mejores soluciones, podemos hallarlo casi exclusivamente en el marxismo, al que la sociedad ya ha lacrado con el sambenito de “antisistema” (como si eso fuera forzosamente malo). Y es que capital no le interesa el cambio, pues el 1% que es más rico que el resto del mundo y que no desea que el sistema se modifique controla lo que opinamos, lo que pensamos, e incluso lo que hacemos. Es decir, que cuando la plebe acabó con su supremacía y se entregó la democracia, las oligarquías aturdieron a la plebe y se apoderaron de la propia democracia. Lo hicieron de una forma más sutil que como lo habían hecho hasta entonces. No nos pasaron a sangre y fuego. Les bastó con imponer sus ideas y convertirlas en dogmas en una sociedad que los recita como credos y que los impone en el sufragio universal.

Estos son algunos de los comentarios que a lo largo de mi vida han vertido sobre mi humilde inteligencia esos PALETOS CON CUBATAS:

• Nuestro gran equívoco es el ANTROPOCENTRISMO. El hecho de pensar que somos mejores que cualquier otro animal.

• La ALIENACIÓN. Un mal que nos afecta a todos y del que no somos conscientes.

• Negamos lo que es evidente, aun cuando es algo tan grave como el CAMBIO CLIMÁTICO.

• Consumimos despreocupándonos del origen de la materia prima y del TRABAJO ESCLAVO.

• Consumimos COMIDA BASURA sabiendo que su calidad es pésima, que es perjudicial para nuestro organismo y que su producción implica el maltrato animal.

• En lugar de alabar a quienes se preocupan por el MEDIO AMBIENTE los vilipendiamos y nos creemos mejores que ellos.

• Seguimos votando a los partidos que RECORTAN EN SANIDAD Y EDUCACIÓN porque así nos lo recomiendan nuestros amigos que leen la prensa que publican los medios afines a estos partidos.

• Nos importa un bledo la procedencia de las mercancías que compramos con tal de ahorrarnos unos euros. Además, nos sentimos mejor pensando que nuestras multinacionales «DAN TRABAJO» en otros países.

• Vamos de progres excepto en nuestro país, donde la MULTICULTURALIDAD es algo que hay que erradicar en bien de la unidad nacional.

• Como cualquier ignorante que se precie, tenemos MIEDO DEL INMIGRANTE, aun cuando los primeros inmigrantes fueron nuestros antepasados.

• Colgamos el sambenito de los problemas nacionales sobre la INMIGRACIÓN (mejor si es ilegal), es decir, sobre el sector más débil y vulnerable de la sociedad.

• Cuando descubrimos que el verdadero CRISTIANISMO es el de los pobres, tratamos de argumentar que no hacemos otra cosa que defender las ideas de la Iglesia.

• Tan solo aceptamos las costumbres y RELIGIONES que conocemos, considerando todo lo que viene de fuera peligroso e indigno, olvidándonos de que en el pasado «cristianizamos» a otros países.

• Nos fiamos de los medios que tildan a los partidos políticos que defienden los intereses del pueblo como ANTISISTEMA o POPULISTAS. No nos fiamos de ellos, aunque nuestras formaciones nos roben ante las mismas narices.

• Nos llenamos la boca con la palabra DEMOCRACIA, pero a la MONARQUÍA, que es una tradición patria, que no nos la toquen. Da igual si las raiz misma de la institución es antidemocrática.

• Nos resulta más sencill0 criticar a las ONG que hacer donativos o voluntariados. Llenamos nuestro vacío espiritual consolándonos con la idea de que casi nada de lo que se dona llega a los necesitados y con que corrupción existe en todos lados.

• Somos muy PATRIOTAS, y esa idea falaz nos impide criticar a la patria, aunque sean críticas constructivas. Tachamos a todo el que se mete con nuestro país de enemigo acérrimo y vital.

• Defendemos con uñas y dientes la fantasía emergida del «american dream». Quien trabaja más, es más RICO. Olvidamos que la plusvalía es propiedad exclusiva del capital, y que el concepto de HERENCIA impide que las personas tengamos las mismas posibilidades de enriquecimiento.

• Criticamos la PROSTITUCIÓN y la PORNOGRAFÍA y luego nos hacemos los sorprendidos cuando las cifras revelan que ambas son actividades de las más lucrativas.

• Nos llamamos amantes de los animales y llamamos arte a un festejo en el que el objetivo es ASESINAR lentamente a un mamífero.

• Nos da miedo que nos gobiernen inmigrantes y no queremos que VOTEN, volviendo a olvidar que una vez fuimos inmigrantes y que arrasamos de veras con la población local. Decimos que los antisistema son terroristas, como lo habría sido actualmente Nelson Mandela. Eso sí, cuando nuestros medios de comunicación cambian de idea convertimos a esos terroristas en ejemplo de pacifismo.